viernes, 30 de abril de 2010

El "cuento" del príncipe azul


Fomentar la igualdad entre niños y niñas y prevenir la violencia de género es el principal objetivo de la sociedad actual. Por ello el Ministerio de Igualdad, el Instituto de la Mujer y el sindicato FETE-UGT han elaborado la guía Educando en Igualdad, destinada a los estudiantes de Educación Secundaria.

Uno de los puntos más debatidos en los últimos días es el referente a los cuentos de nuestra infancia.
La Bella Durmiente, La Cenicienta o Blancanieves y los siete enanitos, adaptados por varios escritores y cuya versión más popular es la de las películas de la factoría Disney, están llenos de estereotipos sobre las mujeres y los hombres y colocan a las mujeres y a las niñas en una situación pasiva, en la que el protagonista, generalmente masculino, tiene que realizar diversas actividades para salvarla, según recoge el texto.

No todos los cuentos tienen la misma temática y lo único que buscan es entretener a los niños y niñas y aportarles una serie de conocimientos y modelos de conducta con esas historias –por ejemplo, Caperucita Roja sólo va a ver a su abuela-. Sin embargo, el modelo de conducta y la idea que más perdura a lo largo de nuestro desarrollo como persona es la del “príncipe azul”. A lo largo de nuestra vida, las mujeres pasamos gran parte de ella buscando a ese caballero andante que nos enamore, sin el que no podemos vivir y que nos lleve a su castillo para vivir felices por siempre jamás. Es decir, un cuento más. Lo verdaderamente importante no es la historia bucólica y romántica en sí sino hacer entender a las nuevas generaciones que esa no es la realidad, educarles en base a que es simplemente eso, un cuento. Que cada mujer –y cada hombre- debe desarrollarse primero como persona y después seguir buscando esa felicidad con la persona que escoja, que a su vez no ha de ser un hombre. Erradicar la idea de la media naranja e imponer la de la “naranja entera”.

No podemos echar la culpa a las historias infantiles porque al fin y al cabo se trata de relatos que se escribieron en el contexto de una determinada época y que han ido pasando de generación en generación. Debemos echarnos la culpa a nosotros mismos si no somos capaces de explicar a los niños que esa historia no es exactamente así, que las cosas han cambiado y que lo importante es que cada uno busque la felicidad y su propio camino en la vida.

Raquel Agüero

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