jueves, 29 de abril de 2010

¿Cómo nos preparamos para un viaje?

¿Cariño, has metido la crema solar en la maleta? ¿Y las toallitas refrescantes para limpiarte la frente? ¿Y el secador de pelo? ¿También has pensado en meter el paquete de 5 camisetas de dormir que te compré el otro día?

La lista de preguntas parece infinita, pero nada podía fallar en el viaje que había regalado a Luis por su cumpleaños a Lanzarote. Era la primera vez que hacíamos un viaje juntos, y tenía que ser especial. De ahí que me estuviera durante 2 semanas con los “preparativos previos” que desembocarían, en última instancia, a meter todo en la maleta. Pero no es tan sencillo como muchos hombres piensan….

Día 1
En este momento, es cuando saco papel y boli y apunto a modo de lista todo lo que quiero llevarme. Hay que pensar en crear conjuntos en un principio (camisa tal con este vaquero y con esas sandalias), pero a su vez hay que tener la mente puesta en que esa camiseta pueda ir bien con la falda de otro conjunto o que las sandalias ‘peguen’ con el vestido largo que el año pasado me regaló mi madre. Vamos, que se tiene que conseguir formar una red de relaciones entre todas las prendas, al ser posible. Este es el proceso más engorroso, obviamente, y el que crea una mayor situación de estrés. En algún momento de la tarde, lo más seguro es que hayas pronunciado la típica frase: ¡Si es que no tengo ropa!

Día 2 al 11
Durante estos días tengo controlada la ropa que he apuntado de la lista para que no se mueva, ni por asomo, de su lugar en el armario. Sino todo el trabajo del día 1 no serviría de nada. Me pongo lo que pueda durante estos días y evito que hermanas, madres y amigas pongan la mano en el armario (no sea que les dé por coger alguna prenda de la lista).

Día 12
Es el momento de ir a la compra para conseguir lo básico para los días que voy a pasar fuera en cuanto a neceser se refiere: crema solar, after-sun, pasta de dientes, desodorante… Al llegar a casa, y para no dejarlo para último momento, voy preparando los neceseres. Y digo "los" porque son varios. En el primero, irá lo básico de un neceser: desodorante, cepillo de dientes, espejo, pinzas de depilar.. En otro, pongo todo lo que va en botes grandes: espuma para el pelo, laca, cremas varias (del sol, hidratante…), gel de ducha. En el tercero, cosas de maquillaje.

Día 13
Toca mirar en Internet que se puede visitar en la isla y el pronóstico del tiempo. ¡Mierda! Se prevén lluvias durante dos días. Añado a la lista del día 1 paraguas, otra chaqueta más por si acaso (ya tenía apuntadas llevarme otras 2 más) y algo de calzado para la lluvia.

Día 14
Hoy hay que madrugar para ir traspasando toda la ropa a la maleta. Cojo la más grande que encuentro y comienzo a meter todo con cuidado y mimo, y, como no, por conjuntos, de manera alineada. El neceser lo meteré más tarde, al final de la noche, por si necesito coger algo de él durante la tarde.


Como todos los años, hago la prueba para ver si maleta cierra y, sí, en esta ocasión me tengo que subir encima de ella para conseguirlo.

A eso de las 20:00 horas, Luis decide entrar en escena. Selecciona una maleta pequeña (dice que se va a llevar lo básico), pero perfectamente podía haber cogido una bolsa azul del Ikea para las tres cosas que tenía pensado llevarse. En su equipaje mete un vaquero, 7 camisetas, unas bermudas, unos zapatos, 7 calzoncillos, un ÚNICO bañador, y todo arreglado. ¿Neceser? Él no sabe qué eso, pues mete el cepillo de dientes, el desodorante y la cuchilla de afeitar mezclado con el resto de prendas.

Día 15
Rumbo al aeropuerto. Luis, con su maleta, va ligero y sonriente. Yo, a los dos minutos de salir de casa, sofocada por los 30 kilos de ropa y complementos que llevo a mis espaldas.


Decido recurrir a la estrategia de siempre: cara de pena, miro a su equipaje poniendo pucheros y le convenzo para que “nos los cambiemos un ratito, hasta la esquina”. Al final, a Luis le toca cargar con la maleta hasta Barajas.


Toda esta historia, de nuevo, demuestra las claras diferencias de género y confirma el dicho “los hombre vienen de Marte y las mujeres de Venus”. Diferentes estudios, además, corroboran las diferencias de un hombre y una mujer a la hora de hacer el equipaje. Según el informe, “las mujeres necesitan un 44% más de tiempo para la preparación de las cosas que quieren llevar y un 26% más de tiempo para hacer el equipaje (…) Mientras que ellas dedican más de una semana a las preparaciones, los hombres lo hacen en un solo día (…) Parece que los hombres no se preocupan tanto por dejar una cosa importante en casa cuando se van de vacaciones, ya que un 32% hacen la maleta sin haber elaborado una lista previa, sino más con el apoyo de su pura intuición”.



Rocío González

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