miércoles, 28 de abril de 2010

Los 'amos de casa' llegan pisando fuerte

Los hombres ya no son lo que eran y, en los últimos tiempos, se han hecho con el control en la casa. Incluso algunos confiesan que entre fregonas, plumeros y escobas han encontrado un nuevo y más profundo significado para su vida, sintiéndose útiles y valorando más su aporte al hogar.
De acuerdo a una encuesta reciente, el número de 'amos de casa' se ha multiplicado por diez en los últimos diez años, con 600.000 hombres al mando del hogar. Cada vez son más los que, por necesidad o por vocación, asumen las labores del hogar y el cuidado de los niños, una opción todavía socialmente complicada que pone trabas en el camino hacia la igualdad.

Adaptación difícil

Mientras que algunos pocos asumen este nuevo papel de forma positiva, la gran mayoría de estos hombres se deprime o angustia, sobre todo al comenzar el cambio de roles. Sucede que el trabajo doméstico fue tradicionalmente descalificado, y por ende, quienes se ocupen del mismo, muy probablemente recibirán esa misma descalificación, y más tratándose de hombres.

La situación se complica en el caso de los adultos mayores, que desde pequeños han sido criados con un concepto de familia tradicional, donde el hombre debía hacerse cargo del sostén económico de la familia, y la mujer lo propio con las tareas domésticas. Por eso, casi todos los expertos coinciden en señalar que este nuevo rol de 'amos de casa' es mucho más difícil de aceptar para lo hombres de entre cuarenta y sesenta años, que para los que tienen entre veinte y cuarenta.

Según señalan los entendidos en la materia, lo que puede definir el éxito o fracaso en la adaptabilidad al nuevo tipo de tareas, es la flexibilidad del individuo en cuestión. Los hombres más abiertos están comenzando a darse cuenta que la tarea de 'amo de casa' puede significar un interesante cambio interior en sus vidas, y que la masculinidad ya no tiene una relación directa con el sostén económico de una familia, o el salario a fin de mes.

Madres con sentimiento de culpabilidad

Este camino, nuevo y con grandes posibilidades que descubrir, libera lógicamente a muchas mujeres de la carga que supone que tener que sacar un hogar ellas solas, y las permite sacarse una carrera o tener trabajos más gratificantes. Según una encuesta publicada por la aseguradora Aviva, una de cada tres madres se sienten culpables cuando tienen que dejar otra persona al cuidado de sus hijos.

Los reyes de las redes sociales

En Facebook, donde cada vez más se reflejan las tendencias sociales, existen grupos como "I am a househusband, GET OVER IT (Soy amo de casa, SUPERA ESTO)" o "Asociación de Amos de Casa Heterosexuales Españoles", donde reivindican el disfrute de intercambiar recetas y compartir consejos del hogar sin connotaciones homosexuales.

Y es que asumir el rol de amo de casa puede ser todo un reto: "Hay -explica Abril- cuatro etapas psicológicas: desplazamiento -se sienten raros en el parque rodados de mujeres-; inseguridad en su estatus de hombre -por pasar mucho tiempo con la familia-; reflexión -'es lo que he elegido'- y finalmente aceptación".

Las mujeres desean que los hombres cambien

¿Qué piensan las mujeres? Desde la Asociación de Amas de Casa y Consumidores Cesaraugusta de Zaragoza -1.600 miembros, de los cuales sólo cuatro son hombres- se muestran muy favorables al cambio de tornas. "Nuestros miembros son de edades por encima de los 65 años", asegura una de ellas, Miguela Piera, "pero nuestros hijos se separan y tienen que asumir tareas. Por nuestra parte, no habría ningún conflicto en que entraran en la asociación".

"Las mujeres, en general, desean que los hombres cambien", añade Abril. "Es verdad que la educación patriarcal también les ha afectado a ellas y algunas prefieren quedarse como están, pero un estudio en Estados Unidos demostró que las parejas con reparto de tareas equitativo eran mucho más felices, con menos estrés, más salud y con hijos con mayor rendimiento escolar", concluye.

"La falta de grupos de padres hace que muchos sean reacios a convertirse en 'amos de casa' "

Matt y su esposa Sarah, 30 y 33 años respectivamente, forman un matrimonio para nada convencional: él es el que lleva 'el delantal' en la casa y ella 'los pantalones'. Ambos viven en las afueras de la ciudad británica de Leeds junto con sus dos hijos gemelos, Thomas y Lottie (de dos años) y con Marta, de diez (fruto de la relación que Sarah tuvo con una relación anterior). Fue cuando los más pequeños llegaron al mundo el momento de tomar la importante decisión de que Matt se dedicara por entero a su cuidado.

Pregunta: ¿Cómo os planteasteis que Matt abandonara su trabajo para cuidar a los gemelos?

Respuesta (Sarah): En un principio pensamos en continuar trabajando los dos, pero al ver el enorme coste que supondría contratar a alguien para que los cuidara, pensamos en que sería más rentable que uno de los dos se dedicase por entero a su cuidado. Hicimos cuentas y, pese a tener que ajustarnos un poco el cinturón, podríamos subsistir con un solo sueldo.

P: Y con los cálculos que hicisteis, ¿Cuánto os hubiera costado que alguien cuidara de los niños?
S: Pues aproximadamente 20.000 libras al año los tres niños.

P: Realmente, porque fue Matt el que dejó de trabajar y no tu, Sarah?
S: Pues sinceramente, porque yo estoy mejor pagada que él en la oficina de prensa en la que trabajo. No obstante, esta fue una decisión muy dura para mí, y lo ideal sería que yo pudiera pasar más tiempo con mi familia. El problema es que mi trabajo absorbe casi todo mi tiempo. Algunos días ni siquiera llego a casa para la hora de cenar.

P: Así que, supongo que sentirás 'celos' de Matt en algunas ocasiones
S: Por supuesto. Añoro el pasar las tardes con mi familia, duchar a los pequeños o hacer los deberes con la más mayor. Pero supongo que él también echará de menos el tener compañeros de oficina, el salir a tomarse un café a media mañana…esas cosas (risas)

P: Y tu Matt, cómo afrontas esta nueva etapa en tu vida?
R (Matt): Pues la verdad es que me he adaptado bastante bien, pero me siento un poco desplazado. Te explico, cuando quiero hacer algunas actividades con los niños, encuentro que muchas están dirigidas a las madres más que a lo padres y me veo fuera de lugar. La falta de grupos de padres hace que muchos sean reacios a convertirse en “amos de casa”

P: ¿Qué aspectos de tu antiguo empleo añoras?
M: La interacción con los colegas. Antes tenía muchas cosas en común con ellos, nuestras vidas eran muy similares y podríamos hablar de nuestros problemas y ponernos fácilmente en la piel del otro. Ahora la situación ha cambiado, yo he pasado a desempeñar un rol que ellos desconocen y ya no encuentro con nadie con quien pueda hablar de mis problemas y que me aconseje.

P: ¿Cómo ves tu futuro?
M: Pues de momento no pienso en otra cosa que en que mis hijos se críen bien a mi lado. Aún así, y ya mirando a la etapa en la que los gemelos tengan que comenzar a ir a la escuela, pretendo montar mi propio negocio.



Rocío González

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