lunes, 12 de abril de 2010

Hombre infiel = Hombre tonto

Un estudio revela que los hombres fieles son más evolucionados que los infieles. Un especialista de London School of Economics (LSE) ha hecho una revelación que pondrá a los infieles en tela de juicio: los hombres más inteligentes valoran más la fidelidad. Cualquiera juraría que este estudio lo ha hecho una mujer, pero no. El autor es Satoshi Kanazawa, un doctor en Psicología Evolutiva. A Kanazawa se le ocurrió tomar dos grandes bases de datos estadounidenses –el estudio nacional de salud adolescente y la encuesta general social, que miden actitudes sociales– y cruzarlos con el coeficiente intelectual de adolescentes y adultos. Al realizar este simple cruce de información, observó que las personas que daban importancia a la fidelidad sexual en una relación tenían el coeficiente más alto.
Según el estudio, publicado en la revista especializada Social Psychology Quarterly, los hombres que se identificaban como liberales, ateos y fieles poseían unos coeficientes intelectuales más altos que los que se definían como creyentes e infieles. Es que, según explica Kanazawa, “los hombres inteligentes son más propensos a valorar la exclusividad sexual”, así como “las personas inteligentes son menos propensas a creer en Dios o a tener puntos de vista conservadores”. Eso se debe, sin duda, a que las personas más inteligentes son más abiertas a nuevas ideas y cuestionan más los dogmas. Pero la cosa no se queda ahí en esta paliza al ego de los mujeriegos: otra de las conclusiones del estudio es que el comportamiento fiel del hombre más inteligente es una señal de la mayor evolución de la especie humana. La teoría de Kanazawa se basa en el concepto de que, a lo largo de la historia de la evolución, los hombres siempre fueron “relativamente polígamos” y que eso está cambiando. “Hay que buscar en el pasado evolutivo. Ya que el objetivo biológico masculino primigenio era expandir sus genes, los hombres primitivos solían tener varias parejas”, señala el investigador, quien acepta que, en un estadio primitivo de la humanidad, la monogamia no era necesaria ni positiva para nuestros ancestros, “pero sí podía estar relacionada con un nivel más alto de inteligencia”. Para Kanazawa, asumir una relación monogámica supone una “novedad evolutiva”, en oposición al hombre primitivo, que era propenso a la promiscuidad. Según este razonamiento, las personas más inteligentes tienden a adoptar prácticas más nuevas y, por lo tanto, son “más evolucionadas” en un medio en el que la necesidad de expandir los genes ya no existe. Sin embargo, según Kanazawa estos resultados no se aplican a las mujeres, ya que ellas siempre fueron relativamente monógamas y por lo tanto esto no supone una evolución. A partir de este estudio, los hombres que, de ahora en adelante, pretendan presumir de sus conquistas serán, de inmediato, sospechosos de tener un menor IQ que sus congéneres. Así que, chicas, ya lo sabéis: si tiene dudas sobre la fidelidad de vuestra pareja, fácil: sométele a un test de inteligencia.

Carolina González

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